Si bien la fecha de nacimiento es, en esencia, un accidente, lo cierto es que le marca la vida a uno al hacerle formar parte de un grupo de personas con las que compartimos una misma idea del mundo, de una generación. Así, yo pertenezco a la famosa "X", esa que comprende a los nacidos entre finales de la década de los sesenta y mediados de los años ochenta. Hubo un tiempo en aquello no era motivo de orgullo pues se nos tachó de desobligados, apáticos y poco motivados. Claro está que con la llegada de las generaciones "Y" y "Z", estos defectos terminaron por ser simples minucias.
Más allá de los estudios sesudos que sobre el tema se han escrito, quisiera destacar algunos aspectos que a los "X" nos identifican como generación.
Fuimos los primeros en en integrar la televisión a nuestra vida. Veíamos lo mismo caricaturas como "Los Picapiedra", "Don Gato y su pandilla", "El show de Porky" y "Los felinos cósmicos", que series de ciencia ficción de la talla de "El tunel del tiempo", "Perdidos en el espacio", "El hombre de la Atlántida" o "Automan" sin que por ello pasáramos las horas delante de la televisión pues todavía se podía salir a la calle para andar en bicicleta, echar el partidito de futbol, jugar "stop" o, de plano, andar de vagos.
Descubrimos que las computadoras no eran un producto de la ciencia ficción y que, si se tenía el dinero suficiente, se podía tener una, lo mismo que el recién aparecido dico compacto, o CD, que nos alucinaba tanto por su diminuto tamaño como por la claridad de su sonido. De igual forma, muchos supimos por vez primera del internet y sus alcances al ver la película "Juegos de Guerra. Pese a ser testigos de esta revolución tecnológica, los "X" estamos divididos entre aquellos que se hicieron a un lado y los que, pese a sus limitaciones, se sumaron a ella.
En el cine nos marcó el
Brat Pack (Rob Lowe, Robert Downey, Jr., Judd Nelson Emilio Estevez, Molly Ringwald) con dos películas: "St. Elmo´s Fire" y "The Breakfast Club", que destacaron por contar con personajes socialmente apáticos e ideológicamente neutros y, pese a ello, tuvieron momentos que llegaron a rayar en lo cursi. El otro lado de la moneda lo representó "Ferris Bueller's Day Off", filme en el que su protagonista se volvió nuestro arquetipo al demostrarnos que el mundo era nuestro y que sólo requeríamos de una pizca de ingenio para conquistarlo.
Somos la generación en la que la música fue marcada por la imagen. La aparición del canal MTv en 1981 nos permitió disfrutar la música a través de la vista con videos que eran verdaderos cortos en los que el humor, el atrevimiento y las melenas eran los protagonistas. Los tiempos del disco y el punk quedaron atrás para ceder su lugar al "glam metal" en el que los hombres parecían mujeres y que, pese a ser bastante chabacano y "popero", nos legó un himno generacional:
We're Not Gonna Take It de Twisted Sister.
Nos tocó ser los primeros en tener padres que procuraron ser nuestros amigos, sin que por ello perdieran autoridad. De hecho, el tema de la amistad es fundamental para nosotros. Ignoro, como afirman varios estudios, si antepusimos los amigos a la familia, pero lo que si sé es que vivimos con mucha intensidad la amistad pues en ella convergen principios como los la confianza, el compromiso,y la honestidad
Pese a todo lo anterior, tampoco estuvimos exentos de problemas. En plena adolescencia, los primeros "X" vivimos los inicios del
VIH/Sida en donde abundó, y ahora creo que a propósito, la desinformación. En repetidas ocasiones se nos dijo que se trataba de una enfermedad que afectaba sólo a los homosexuales, que se podía transmitir lo mismo por la saliva que por la piel, que había que evitar cualquier tipo de contacto y acercamiento con los infectados..., en fin, un montón de tarugadas que, pese a no habernos amedrentado, si nos hicieron ser más cuidadosos y precavidos en materia sexual.
No acusan de ser políticamente apáticos, pero cómo no serlo cuando nacimos en un país en el que el mismo partido siempre ganaba las elecciones pese a lo que dijeran los votantes y cuando, a fines de la década de los años ochenta, la guerra fría agonizaba y, con ello, el panorama mundial se reconfiguraba pues una parte del mundo recuperaba su libertad mientras que el planeta entero quedaba a merced de un sólo sistema político-económico.
De igual forma, fuimos la generación de la crisis, los que escuchamos de boca de nuestros padres lo bien que se vivía en México en los años sesenta y nos cuesta un poco de trabajo creerles. Somos los primeros que crecieron acompañados de palabras tan extrañas entonces como "inflación", "déficit", "petrolarización"... Somos los mismos que asumimos por experiencia que el quebrantamiento de nuestros maltratados bolsillos es una situación perenne y que en el futuro veremos más vacas flacas que gordas.
En fin, es mucho lo que se ha dicho y escrito sobre nosotros pero lo cierto es que ya se acerca el tiempo en el que gobernaremos esta país y, sólo entonces, entonces tendremos la oportunidad de demostrar cuánto de ello es verdad.