miércoles, 29 de diciembre de 2010

Las bromas del día de los Santos Inocentes

Ayer fue 28 de diciembre y se celebró a los Santos Inocentes, un día en el que las bromas están a flor de piel y en el que prestar dinero equivale a no verlo jamás.

Hace años acostumbraba a celebrarlo haciendo bromas "pesadas" a a algunos de mis amigos. Ninguna de ellas era lo suficientemente mandada como para poner en riesgo su vida, pero debo confesar que, más bien, era un tanto de mal gusto. Aprovechándome de que mi amigo Juan Guillermo -del que he hablado en entradas anteriores y a quien finalmente encontré el mes pasado- era norteamericano y se había ido a vivir a Estados Unidos, dije que había sido enviado pelear a Irak en la Primera Guerra del Golfo Pérsico. En otra ocasión, le hablé a un amigo para decirle que acababa b de ver en las noticias que un edificio muy cercano al suyo se estaba quemando y que debía salir inmediatamente. El pobre me escuchó tan angustiado que cayó redondito.

A resrva de estas y otras bromas hubo una en especial que resultó ser muy aleccionadora.  Carlos, Felipe, Javier y yo íbamos camino al cine cuando les pregunté si se habían enterado de que Erick, nuestros compañero de la escuela, había fallecido en un accidente automovilístico. La noticia fue tan fuerte que todos guardaron silencio por varios minutos hasta que, uno a uno, mis amigos reconocieron las bondades y virtudes del "fallecido".

No pude seguir con la broma pues, lo realmente impresionante es que ninguno de los ahí presentes soportábamos a este compañero por ser prepotente, engreído y mamón y, sin embargo, la noticia de su muerte bastó para que estos defectos fueran minimizados y las virtudes que, a todas luces, sabíamos que ni de chiste tenía, exaltadas.

Fue la primera vez que pude constarar cómo la muerte es el mejor medio que tenemos para idealizar a las personas, sin importar cuán buenas o malas hayan sido. Imagino que nio se trata sólo de un acto piadoso sino que también es un mecanismo para tener la conciencia tranquila con los que se han ido, particularmente con aquellos con los no tuvimos una buena relación en vida.

 La verdad es que la experiencia me asustó porque se me salió de las manos y empecé a comprobar lo que con los años he aprendido: que la muerte es algo serio y que bromas como ésta, además de no tener gracia, son de muy pésimo gusto. Desde entonces fui moderándome bastante con mis inicentadas, al extremo que ya las he dejado por la paz.

Aprovecho esta última entrada del año para desearles a todos lo mejor para el 2011. ¡Nos vemos el próximo año!

lunes, 6 de diciembre de 2010

El interesante caso de Julian Assange y Wikileaks

Para nadie era un secreto que Dimitri Mendeléyev realmente no gobierna Rusa, que decir Berlusconi es sinónimo de fiesta, que el narco en México controla partes del país, que el verdadero presidente de Argentina era -hasta su muerte- Néstor Kirchner, que el fundamentalismo islámico recibe apoyo financiero de jeques saudíes, que el gobierno chino atacó al portal Google, que Estados Unidos sostiene una postura intervencionista en el ámbito mundial...

Pero si todo eso lo sabíamos, ¿por qué tanto azoro ahora? Tal vez por la misma razón que nuestra percecpción de una película cambia cuando al empezar aparece la leyenda "este filme se basa en hecho real". Y es que nunca será lo mismo sospechar que confirmar pues, a final de cuentas, lo primero nos ofrece el privilegio de la duda en tanto que lo segundo no.

El 28 de noviembre pasado, el sitio de internet Wikileaks publicó cerca de 250,000 cables diplomáticos del gobierno morteamericano. Julian Assange, director y fundador del sitio, afirmó que tal hecho no pone en peligro la vida de ninguna persona (fuentes, espías, agentes encubiertos, informantes...)  y, en cambio, responde al derecho fundamental que posee todo hombre y mujer a ser informado.  A partir de ese momento Wikileaks dejó de ser un sitio de internet ejemplar para el quehacer periodístico del siglo XXI para transformarse en un enemigo tan nocivo como el fundamentalismo, el terrorismo o el narcotráfico

El mayor delito que cometió este espacio fue liberar información que el gobierno norteamericano custodiaba en SIPRnet, red de internet creada en 2001 para que las misiones diplomáticas, las agencias federales y las Fuerzas Armadas compartieran datos secretos. Uno supondría que, dada su importancia, serían pocos los que tenían acceso al sitio... Pues bien, aquí aplica el prinicipio mexicano de "¿qué tanto es tantito?" pues la cifra es de 2,000,000 de usuarios, lo que equivale tan sólo al 0.64% de los estadounidenses. El problema no es confiar  secretos comprometedores a menos del 1% de tu población, más bien creer que ninguno de esos individuos va a rajar... ¡Vamos, que hay que ser un idiota consumado para suponer tal cosa!

Otro "crimen" fue salpicar a los gobiernos de medio mundo poniendo en evidencia que son un hato de mentirosos que mientras que nos dice, a los ciudadanos, una cosa, hacen otra. Peor ha sido, para colmo, la respuestas de algunas administraciones, como la mexicana que intentó defenderse diciendo que la información de los cables estaba descontextualizada. Al respecto dos comentarios. El primero es que esa es una salida lo mismo fácil que pobre y carente de ingenio pues implica que ningún historiador pudiera estudioar el pasado recurriendo a fuentes como ésta. El segundo es que negar lo evidente sólo ayuda a encabronar más a una población que ha sido, y sigue siendo, víctima de las mentiras del sistema político.

El caso de Julian Assange y de Wikileak es prueba feaciente de que ser políticamente incorrecto es un delito grave. Por ello ahora los más tramposos son los que buscan que olvidemos el mensaje promoviendo el linchamiento del mensajero. Pero lo peor, lo que más me aterra, es que parece ser que el mundo es como México pues en él el poderoso es intocable y el débil no debe dejar su papel de víctima. Resulta que hoy lo aceptable es mentir en tanto que lo cuestionable es denunciarla; lo admisible es torturar, lo objetable acusar; lo admirable es lavar dinero, lo incorrecto es acusar; lo conveniente es asesinar, lo errado litigar... 


Por último, para nadie es un secreto que vivimos en la "porqueriza global" y, sin embargo, olvidamos que es así porque lo permitimos, no porque esa sea su naturaleza...