Con orgullo afirmo que soy sesentero. Poco menos de cinco meses, que en términos contables se transforman en una década de existencia, fueron la diferencia para que naciera en los contraculturales y decadentes años sesenta.
Claro está que no guardo recuerdos conscientes de esos primeros cinco meses de vida y tampoco deseo rememorarlos pues tengo la certeza de que debieron ser bastante traumáticos. En cambio, y a raíz una obsesión que me dio la semana pasada, deseo hacer un repaso de mis primeros años de vida con un listado -que no aspira a ser exhaustivo- de aquellas cosas que hoy existen pero que en julio de 1969 eran propios de la ciencia ficción para la mayoría de los mortales.
Dicho lo dicho, esta es la lista:
- Los videojuegos, ni siquiera el arcaico y pleistocénico mesapong.
- Los teléfonos celulares (a Dios gracias, dirán muchos).
- El walkman, disckman, Ipod o cualquier otro reproductor portátil de música.
- La música disco, funky, punk, glamrock, electrónica, acid
- La videocaseteras Beta o VHS. Quien quisiera ver una película en casa, tenía que esperar a que la pasaran en la televisión 10 años después de su estreno.
- El concepto de internet eran tan disparatado, que ni al propio Julio Verne se le hubiera ociurriodo.
- El Sistema de Posicionamiento Global (GPS), que le hubiera ahorrado a mi mamá tantos disgustos por la falta de orientación de mi padre.
- Las computadoras en casa, lo que hacía que la escritura de una tesis fueran mucho más fastidiosa.
- Liquid Paper por lo que los errores al escribir "podían salirte caros".
- Post-it para no olvidar recados y tareas al escribirlos en unos papeles que, de tan pequeños, siempre terminas perdiendo.
- La televisión por cable, un auténtico horror si asumimos que la abierta ya era bastante "malita" desde entonces.
- El control remoto en su versión inorgánica (la orgánica éramos los niños cuando nuestros papás nos ordenaban que cambiáramos de canal, un buen método, a la postre, para aprendernos los números).
- Las recetas médicas para comprar anfetaminas. Muchos estudiantes universitarios la compraban para preparar los exámenes -o seguir la juerga- por varios días y sin necesidad de recurrir a esa perdida de tiempo, para algunos, que es el dormir.
- El VIH, con lo cual, se podía tener una vida sexual lo suficientemente disipada a sabiendas de que si las cosas salían mal, la penicilina obraba milagros.
- Las tomografías computarizadas (TAC), de tal suerte que los cirujanos operaban usando radiografías muy parecidas a las pinturas rupestres de Altamira.
- Mcdonalds. Las únicas hamburguesas "gringas" eran las de Burguer Boy y tenían competencia con las mexicanas, representadas por el famoso "Tom Boy" (un verdadero genio al que se le ocurrió tan peculiar nombre).
- Los Frutsis, por lo que los niños nos teníamos que envenenar con los raspados que se vendían en las heladerías Danesa 33 (RIP) o con la naranjada Bonafina.
- Los extranjeros no podían jugar en la 2ª división del futbol mexicano (no había esas jaladas de la 1ªA).
- América y Guadalajara no compartían jugadores, lo que ayudaba a acrecentar la rivalidad entre ellos.
- El Necaxa no existía (como pronto volverá a suceder).
- Los presidentes de la República y los gobernadores de cualquier otro partido que o fuera el PRI.
- Una España sin Franco y su dictadura (aún le restaban poco más de 6 años para ello).
- Una moneda sin tres ceros, por lo que mil pesos de entonces valían eso, mil pesos.
Estás son algunas de las cosas y situaciones que no tuvimos a los niños de mi generación y, pese a ello, tuvimos una niñez feliz, al menos en mi caso. Lo que me pregunta es ¿hubiera sido mi vida igual de haberlas tenido?