El 9 de marzo de este año, la revista Esquire publicó una lista llamada "Los 75 discos que un hombre debe tener". En ella aparecen, algunos grupos y cantantes -como Dire Straists, Rolling Stones, James Brown, Beatles, Beethoven, Mahler, Marley, por mencionar algunos- que me resultan familiares, mientras que otros -como Bill Callahan, Mississippi John Hurt, Luna...- no lo son como como consecuencia de mi limitada cultura musical.
Entiendo el espíritu de la propuesta, pero no lo comparto. Soy hombre y, sin embargo, me pregunto: ¿por qué carajos debo tener esos 75 discos? En la música, al menos, uno adquiere aquello que le agrada y complace, de tal suerte que asumo que además de comprarlos, estoy obligado a que me gusten pues de lo contrario, supongo que tendré que pagar un precio que aún desconozco
En virtud de que no aparece en la revista el autor del artículo, asumo que en consecuencia Squire, como colectivo, se atribuye su autoría y la responsabilidad. Sin embargo eso no es suficiente, pues detrás de ese anonimato debe haber una o varias personas que dieron vida a susodicho listado. Y ¿qué parametros siguieron para decidir que disco entraba y cual quedaba fuera? De ello no me queda la menor duda: sus gustos.
Los estadounidenses son muy amigos de hacer este tipo de selecciones, catálogos de agrados personales que en los mejores casos encuentran sustento en los conocedores de la materia. Sin embargo, ello no deja de incomodarme pues, en el fondo, tengo la sensación de que se trata de un ejercicio encaminado a homogenizar individuos y colectivos.
En lo particular, ya estoy cansado de tener que lidiar con imposiciones como estas, de tener que escuchar o leer a publicaciones y especialistas obstinados en decirme que debo y no hacer para ser un "mexicano de pura cepa", estar "en onda", ser "cool". Me indigna más en el caso de Squire, una revista que lo mismo ofrece al lector bases de datos sobre tragos y los mejores bares de Estados Unidos, que recursos para no pagar impuestos, burlarse de Hitler y mejorar la vida sexual. ¿Realmente es una buena fuente para moldear nuestras preferencias músicales? Honestamente, lo dudo.
He de confesar que lo que me molesta también es que sólo apareciera un álbum de los Rolling Stones (Aftermath) y no Out of hour heads, que tiene en su interior una de las mejores canciones jamás compuestas -Satisfaction- y que ahora tengo el gusto de compartir con todos ustedes en este video.